El rey Herón había encargado una corona de oro a uno de sus joyeros, y para ello le había entregado cierta cantidad de oro. El joyero le devolvió la corona, y pesaba lo mismo que el oro que le había dado el rey.
Pero Herón sospechaba que el joyero le había engañado, cambiando parte del oro por plata de menor valor. Y le pidió a Arquímedes que resolviera el asunto si romper, obviamente, la hermosa corona.
Arquímedes no era capaz de resolver este problema, por más vueltas que le daba. Así que un día decidió tomar un baño. Al meterse en la bañera, que estaba llena hasta el borde, el agua se derramó. Cuando Arquímedes observó este hecho, se le ocurrió la solución al problema, y salió desnudo gritando alborozado: "¡Eureka, eureka!" (que significa "¡Lo encontré, lo encontré!").
¿Cómo lo resolvió?
